Nico Quindt es la fórmula que apela a la no existencia para experimentar la vida, salpicado del deseo y rechazo absoluto de la muerte. Es el alma degradada que concentra cualquier esperanza, a cualquier aspiración en ningún fin.
Sin darse a conocer jamás, se muestra a todo el mundo, colmado de una desvergüenza cabal que lo asiste de incertidumbres que duda tener y de certezas que asegura ignorar.
Simula mil rostros y no tiene ninguno.
Es el motivo indispensable de la desmotivación, un camino ya cercado o un callejón sin salida, el viaje de vuelta regalado y el de ida ya vendido o agotado.
Nico Quindt es un insecto al que se lo aplastaría con un dedo, pero nunca se lo puede atrapar. Que ha muerto cien veces y no pudo dejar de vivir. Que ha vivido mil años sin dejar de morir cada segundo. Que ha matado su vergüenza y se ha avergonzado de no matarse también.
Un buscador de esperanza sin la esperanza de hallarla.