"Aparezco a la luz, junto con una melliza, en el año 1961. En un pequeño pueblo agrícola y ganadero de La Mancha. Gateando detrás de una gata, que se subió a una silla, me agarré a la silla hasta ponerme de pie; y así comencé a andar a los nueve meses de edad.
Desde esa edad y hasta los dos o tres años no recuerdo nada. Y a esta edad me hice equilibrista sobre tabla con rodillo de forma totalmente ingenua y autodidacta.
Perdón, sí que recuerdo que con poco más de un año me pegó una patada un toro y casi me mata.
Hasta los cinco años, que empecé como pastor de ovejas merinas, me dedicaba a jugar con el equilibrismo, o con las crías de los animales que teníamos en casa. Incluso llegué a jugar al escondite con una cría de chorlito, algo que me parece maravilloso e inexplicable. También cogía a las golondrinas de los nidos de mi casa, las acariciaba, las besaba y las volvía a dejar.
A los casi seis años empiezo la escuela, que compagino con el cuidado de los animales. Mi padre era tratante de ganado y me traía los desviejes para que los engordara, y pudiera así venderlos después como buenos. En la infancia controlaba unas cincuenta, pero con 14 años me trajo 667 ovejas; requería un esfuerzo casi sobrehumano poder controlarlas. Después me trajo 27 vacas de ordeño, entre ellas una retinta brava con la que tenía que tener mucho cuidado, pues me podía matar.
De hecho, con unos nueve años me trajo unos becerros bravos, y estoy vivo de pura casualidad.
A los nueve años enfermo de bronquitis; me trataron con estreptomicina, lo que me dejó medio sordo.
A los 11 años ingreso en un instituto universitario en el que estudio el bachiller elemental, el superior y el curso de acceso a la universidad. Me dediqué a mis estudios, al deporte casi de élite y a varios deportes. Los periodos vacacionales me los pasaba, sin perder un día, al cuidado de los animales y las tareas del campo, 15 hectáreas de regadío que disponía mi familia de nueve hermanos.
A los 14 años empiezo mi militancia política en la lucha por la democracia, pero de ver a mis camaradas tomo conciencia de que la humanidad avanza más gracias a los adelantos científicos y a la solidaridad que con el marxismo-leninismo. Por lo tanto, empiezo a hacer inventos, gracias a los cuales con 15 años llevo las 15 hectáreas que llevaban un jornalero y dos hermanos míos. También a esta edad empiezo mis estudios de guitarra de forma autodidacta, y siendo aparte el bibliotecario de mi colegio, empiezo a leerme los clásicos de la filosofía y de la poesía. Por ese entonces es que nazco Poeta con un poema que no guardo, que decía que nacía poeta por continuar la vida que se quedó a medias de Federico García Lorca y Miguel Hernández, con el que guardo experiencias comunes (hasta incluso la voz). Mi primer poema de amor lo escribí con 10 años, pero no tengo copia ni lo recuerdo, al igual que un libro completo de poemas al que prendí fuego por un desamor con una poetisa.
Con 16 años, aparte de llevar las tierras, tenía que cuidar y ordeñar una vaca lechera, que daba 20 litros de rica leche para consumo propio y para venta, lo que incrementaba los ingresos de la familia. Le segaba con la guadaña todos los días su alfalfa, aparte del pienso y paja de cebada que le daba.
Estudiaba dos horas de guitarra clásica y flamenca todos los días, escribía mis poemas, tenía entre manos algún libro, pensaba en mis inventos. (Hice automático mi tractor de 50 caballos de potencia, con lo que me ahorraba el tractorista, y podía trabajar solo).
Con 17 años mi padre me trajo un toro bravo, yo creo que para que me matara porque otra explicación no he encontrado; pero al mes ya lo había domado, a pesar de conservar su bravura. Por las noches salía con mis amigos después de cenar, pero pocos días, pues me gustaba más estar en mis cosas; y ellos se dedicaban a beber alcohol y escuchar música pop.
Con 18 años mi padre me trajo una yegua salvaje española, que es el animal más peligroso que he cuidado en mi vida (no conseguí ni llegar a tocarla). A partir de entonces le dije a mi padre que no quería ningún animal más, y que quería dedicarme sólo a la agricultura.
En el colegio universitario seguía mis cursos, aparte de mis dos horas de guitarra, mis lecturas poéticas y filosóficas, mi deporte, mis poemas y mi invención.
También con esa edad empecé mis estudios de Ciencias Químicas compaginando las clases y laboratorios con cuatro horas de estudio de la guitarra, mi deporte, mis poemas, mis lecturas y mi trabajo como agricultor. (Hasta los 30 años no me cogí mis primeras vacaciones de 15 o 20 días).
A los 19 años, en mitad del curso de segundo de Químicas, mi padre tiene un accidente con un camión que lo deja inválido varios años y con una deuda de 6 millones de pesetas (que me tocó pagar a mí) con lo que tuve que dejar los estudios de Químicas. Pero ya adquirí una formación científica y matemática que me ha servido hasta la actualidad. Además, pude seguir mis estudios de forma autodidacta con libros mayoritariamente científicos durante toda mi vida.
Como no había dinero en casa por las deudas, para mis gastos personales hacía trabajos de peón destajista y otros negocios que me buscaba para ganar el dinero fácil y así dedicarme a mis pasiones: la guitarra, la poesía, los inventos, el estudio y la investigación. Tengo 15000 horas de tractor a las espaldas, que como es un trabajo casi automático me permitía pensar mucho.
Desde los 14 años estoy formándome para ayuda humanitaria y lo seguiré haciendo hasta mi muerte. Prácticamente todos los derechos de autor y de patentes irán destinados a ese fin solidario.
Con unos 25 años mis padres no me cumplieron un trato de medias de explotación y me tiré todo un año entero estudiando 14 horas diarias la guitarra, con lo que llegué a ejecutar obras de más dificultad que las de Paco de Lucía. Y en ese momento empiezo a vislumbrar la utilización como músico-terapia. Ya he curado enfermedades y aún tengo que curar algunas más, o por lo menos mejorarlas sensiblemente.
A los 33 años me caso, el primer año la cosa va bien, pero debido a la Política
Agrícola Común Europea suben los precios de los arrendamientos y bajan los precios de los productos agrícolas por debajo de costos, lo que me arruina al igual que a un millón de agricultores que nos tenemos que ir a trabajar a la burbuja inmobiliaria.