"Soy una persona común y corriente, del montón, como dirían. Jamás se me cruzó por la mente escribir un libro hasta que mi esposo me convenció de hacerlo. Él conocía mis dotes porque algunos de los medios que más usamos al conocernos, viviendo lejos uno del otro, fueron los correos electrónicos.
'¿Yo? escribir un libro? ¡Qué disparate! ¿Y sobre qué podría escribir?'. 'Te conozco, tienes material suficiente para ello', me respondió. Durante mucho tiempo la idea no germinó, hasta que llegó el momento propicio y me decidí. No, no tengo los títulos ni los conocimientos académicos 'necesarios' para ello (aunque bien seguro, he buscado información y la mejor manera de cómo hacerlo). Simplemente escribo como hablo.
En una de mis búsquedas sobre cómo mejor escribir un libro, el autor decía que 'es una quimera soñar con eso de que apenas uno se sienta, las ideas fluyen a raudales y se va escribiendo así no más'. Pues bien, seré un bicho raro pero eso es exactamente lo que yo hago, ese es mi estilo. Es cierto que luego voy puliendo un poco acá o allá, pero en esencia, así trabajo.
Realicé esta obra como una combinación de ficción y realidad, la una le da cuerpo y vida a la otra entrelazándose de manera tal que hacen de ella una historia sumamente interesante. Y, curiosamente, se ha despertado en mí un deseo tal de continuar escribiendo, lo disfruto tanto, que ya estoy en camino de preparar mi segundo libro.