Es la obra más conocida de Rainer Maria Rilke.
Son las cartas que le mandó, entre 1903 y 1908, a un joven poeta (Franz Xaver Kappus) que le había pedido ayuda en la ardua tarea de escribir. Rilke le comunicó su visión del mundo y abordó lo que le parecía más significativo, desde la soledad hasta la utilización más potente de los recursos creativos, con una importancia fundamental de la mirada interior.