Es el relato de las impresiones de un viaje a Japón desde una perspectiva antropológica y hermenéutica. Contiene una primera impresión de viajero (curiosidades culturales), un acercamiento a las culturas ainu y de Ryukyu, el ritual de la soga de Tokashiki, la fiesta de difuntos y, por fin, algo de hermenéutica de las danzas vascas.
Comienza con singularidades del quehacer cotidiano japonés que pueden sorprender en Occidente. La cultura ainu, propia del norte de Japón y del extremo oriente ruso, es prácticamente desconocida para los europeos. A continuación se ofrecen algunos datos de interés, como por ejemplo que en el sur del archipiélago de Okinawa se realiza un curioso ritual veraniego asociado con la fertilidad y con el deporte; que en la isla de Tokashiki existe una serie de danzas de apariencia guerrera pero que se relacionan con la bebida tradicional y con rituales agrarios, o que a mediados de agosto, los japoneses celebran su peculiar fiesta de los difuntos. Concluye con un análisis de las danzas de armas, en el que se asocian las interpretaciones simbólicas de las danzas de Japón y las del País Vasco. El interés del presente trabajo estriba en comprobar la universalidad de algunas prácticas rituales, la sustitución de los ejercicios guerreros por las danzas tradicionales y la comparación de algunos actos (soka-tira) entre ambas culturas, así como las festividades relacionadas con los difuntos.