Nació en 1930 en Madrid. Es médico desde 1954. Trabajó en el Hospital Anglo Americano hasta su cierre, en 1988. También fue coordinador de un centro de salud de la seguridad social hasta que se jubiló.
Se casó con una médica en 1956. Tienen un hijo.
Gran aficionado al cine, produjo 35 películas de de ocho milímetros y escribió críticas en las revistas Arte Fotográfico y Cinema 2000, ya desaparecidas.
Harto de leer la historia manipulada, decidió escribir novelas históricas sobre el período napoleónico. Publicó dos títulos: El prisionero de Valençay y Un lunes de Mayo. Además, tiene tres títulos inéditos y colaboró con la revista de historia militar Dragona, también desaparecida.
Es una destrucción irónica de los mitos heroicos de la guerra. Expone lo ridículo, a la vez que trágico, de sus eventos.
Un campesino inglés es enrolado a la fuerza en el ejército y enviado a España a combatir a Napoleón. Allí descubre el paraguas, elemento de uso no tan común como en la actualidad, y se da cuenta de que cuando llueve los ejércitos evitan el combate porque el uso del mosquete es poco eficaz.
En el libro se describe toda la campaña de los ingleses en España y se destruyen todos los tópicos que el cine y la historia de ciencia ficción nos han contado. La novela narra, además, la historia de amor entre este soldado y una noble española que apoya a los guerrilleros. Hay abundante bibliografía y se hace referencia a la revolución que aquella guerra significó para España.