La legalización de la eutanasia y/o del suicidio asistido es una de las muchas batallas que la luz de la razón debe ganarle todavía a la oscuridad de la fe. Este libro toma, desde el principio, claro partido por la razón y lo hace aportando amplia información sobre la historia y el polémico presente de tan interesante tema para que usted pueda formarse su propia opinión si aún no ha tenido tiempo u ocasión para hacerlo.
De los más de seis mil seiscientos millones de habitantes que pueblan el planeta Tierra a principios del siglo XXI, no alcanza los 30 millones el número de los que viven en paises donde se ha legalizado, en el transcurso de los últimos dos lustros, la eutanasia o el auxilio al suicidio. Estos países o estados son solo tres: Oregón (en EE. UU.), Países Bajos y Bélgica; sus habitantes son los únicos que pueden contar legalmente con asistencia sanitaria para abandonar este mundo de forma civilizada, con dignidad. Menos del cinco por mil de la población mundial, y esto sólo si esta exigua minoría llega a encontrarse en circunstancias y condiciones extremadamente penosas en las que hasta el más ruín de los animales domésticos sería sacrificado por el hombre por compasión y con el mínimo dolor posible.La responsabilidad de semejante situación recae mayoritariamente, de modo directo o indirecto, en la nefasta influencia que durante siglos han ejercido las religiones, sobre todo las monoteístas, aferradas al criterio de atribuir, cada una a su dios, la propiedad de la vida de todos y cada uno de sus fieles. Esto, combinado siempre con un apasionado culto al dolor de sus semejantes, en aras de la expiación de supuestos pecados cometidos contra dichos dioses y, también, en el ámbito del cristianismo, para seguir los cruentos ejemplos de la tortura y la crucifixión a las que se sometió voluntariamente Jesús.
Este libro pretende colaborar con la ingente labor de desactivar los fundamentalismos religiosos mediante el análisis racional, crítico y riguroso de las bases teóricas de cada credo.
Judaísmo, cristianismo y el Islam compiten -cada uno a su manera, pero todos con gran fervor- en poner al mundo actual en peligro, amenazando seriamente su estabilidad. Con sangrientos e interminables conflictos bélicos, oponiéndose tenazmente a los avances sociales y científicos o recurriendo sistemáticamente al terrorismo, estas tres religiones socavan los cimientos sobre los que se asienta el formidable progreso que se inició a finales del siglo XVIII y que pudo superar con gran esfuerzo el oscurantismo secular de origen religioso que había anegado el mundo hasta entonces. La réplica elegida por el autor consiste en el análisis serio y profundo de las bases teóricas de cada credo, acudiendo preferentemente a la lectura selectiva de sus libros sagrados para intentar hacer evidentes al lector los puntos débiles o, incluso, la inverosimilitud de sus planteamientos y sus creencias, y, en definitiva, la absoluta inanidad mental o la falsedad interesada de quienes debiendo conocer estas bases en profundidad, a saber, los jerarcas, ministros y dirigentes de las diferentes organizaciones religiosas, las difunden entre las gentes de buena fe que, mayoritariamente, anhelan consuelo a su mal vivir y esperanza en un mágico futuro eterno. Los resultados de tan torpe e innoble proceder -nos viene a decir el autor- están a la vista; los sufrimos día tras día y es del todo imprescindible una urgente y decidida reacción colectiva de sensatez y racionalidad.