En este libro se niega que la ciencia se esté separando del mundo espiritual.
Lejos de ello, los avances científicos nos proporcionan nuevas claves para avanzar en la comprensión espiritual. Si a todo esto le añadimos un método de observación real del mundo espiritual, nos encontramos con la certeza de un nuevo campo de estudio que hasta ahora era explotado por las religiones.