Es una obra dirigida a los empresarios de pymes, que exponen permanentemente su patrimonio para generar productos y servicios, y obtener una utilidad sobre la inversión. Este sector generalmente concentra su actividad en un único emprendimiento, y su suerte está vinculada por muchos años -a veces toda la vida- a los resultados de la empresa.

Las pymes están permanentemente expuestas a la voracidad fiscal. Posiblemente sea, junto con el costo del dinero, uno de los más grandes desafíos de las pymes.

Protestar individualmente ante el fisco es una acción temeraria y desquiciada que puede ser comparable a un suicidio. Esa acción genera una reacción en cadena: inspección, determinación de oficio, embargo de cuentas bancarias, juicio en tribunal fiscal o en tribunal contencioso administrativo, etc. Estos procesos son largos, distraen esfuerzos y recursos, crean una sensación de intranquilidad en la empresa, producen desconfianza en los clientes y proveedores, y son utilizados como elementos de desprestigio por parte de los competidores. Por ello, en muchos casos los empresarios asumen que la voracidad fiscal es algo contra lo que no se puede luchar. Seguramente, cada empresario pyme pueda contar cómo la voracidad fiscal lo perjudicó alguna vez y se vio tentado a resistir. Probablemente haya pensado que tendría más posibilidades de éxito si se juntaba con sus pares. Tal vez hasta imaginó la posibilidad de una resistencia fiscal. Tal vez... nos estemos introduciendo en Fiscalandia.

Videovigilancia en la vía pública es una obra esencial para quienes planifican a nivel político o estratégico la seguridad urbana, para quienes ofrecen servicios de seguridad, y para todos aquellos que buscan soluciones a este problema.
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El incremento de la inseguridad en la vía publica, la ausencia de planes oficiales de alta efectividad para la prevención del delito y el nivel tecnológico alcanzado en la actualidad por los circuitos cerrados de televisión configuran el escenario propicio para la instrumentación de la vigilancia por imágenes. De esta forma se podrá, desde un puesto de observación ubicado a distancia de la zona a proteger, tener un control visual y tomar las acciones preventivas que el operador considere necesarias. Estamos, pues, en presencia de la "vigilancia virtual", probadamente más efectiva y menos costosa que la vigilancia real.