Un punto de dulce es la recopilación de un conjunto de recetas de la gastronomía tradicional venezolana, sazonadas con anécdotas frescas, amenas, entrañables, llenas de valores y sentimientos humanos; lágrimas y sonrisas. Es un alimento no sólo -por sus deliciosas recetas- para el cuerpo, sino también para el alma, por el sustento espiritual que transmiten.
De forma entretenida, nos involucramos e identificamos con las vidas de gente normal y corriente; gente que ama, que llora, que ríe, que come y que tiene manías.
Se reivindican aquí los valores familiares, el matrimonio que, a pesar de discrepancias y sinsabores, puede ser vivido como una aventura sustentada en las cosas más sencillas y cotidianas de la vida; en un proyecto común, una meta, un sueño.
Rinde también sencillo homenaje a una generación que pareciera estar en vías de extinción: la de hombres y mujeres que, con menos educación y menos dinero, supieron construir una patria y sembrar vínculos permanentes de amor con todos aquellos que se criaron a su vera.
El libro plasma, en pocas palabras, la evolución de la sociedad que surge a través del esfuerzo y la solidaridad; y destaca, por sobre todo, la convicción de que no importa cuánto infortunio se transite, siempre es más dulce, más suave, más leve si tenemos el apoyo y el amor de la familia.