Escribo desde muy pequeña como una forma de expresar mis sentimientos y emociones. Escribir significó un placer personal y silencioso, y, hasta hace tan solo unos años, oculto para el resto de la gente. Más tarde, decidí compartir mi vocación, con la ilusión de reivindicar, entre las experiencias que nos proporciona el mundo de hoy, un lugar privilegiado para la poesía. Participé en varias antologías (Anuario 97: Poetas de fin de siglo, Anuario 98 y Anuario 99, Antología para armar: Volumen I y Volumen II y Solopoesía) y también colaboré en páginas de Internet dedicadas a la literatura.
Poemas de la niña que he sido... trata sobre la magia de lo que nos rodea.
De los sentimientos y emociones que se despiertan a medida que pasa el tiempo, del amor perdido y del goce de hilar versos y de tejer con palabras.