Tras el desarrollo de la investigación, las distintas conexiones matemáticas conducen a la construcción de una figura geométrica especial, una de las más importantes conocidas universalmente desde la época platónica: el octaedro. Se encuentra que el radio de la esfera circunscrita en el octaedro es proporcional a la frecuencia maestra 11 11 11 y que su diámetro es el número de la bestia: 666.
Las relaciones matemáticas halladas se vinculan con la numerología, la geometría sagrada, la metafísica y el libro del Apocalipsis, para señalar en particular a la pirámide perfecta, medio de comunicación entre los hombres y Dios.