Acerca del libro
UNA DE CAL... Y OTRA DE JUAN
La ciudad en que vive Juan Pescador es una ciudad caótica. Por ello mismo Juan no halla asidero y camina por el puerto, como su barco, a la deriva.
Los espejismos en Puntarenas se suceden; se escalonan los espejismos. Y se ve. Se ve mucho. Como que algo funesto camina entre los caños putrefactos. Como que miríadas de infectos rumores consumen, devoran, corroen. Los espejismos anulan el paso, la decisión. Los espejismos hacen ver mal, creer mal. Los espejismos en Puntarenas aniquilan unas cuantas acciones que buscan el medio, la forma de mirar. Los espejismos producen indiferencia; entonces todos callan. La mudez, es decir, la lucidez, se ahoga, se asfixia, se atraganta con salobres aguas, con los desperdicios. Se ahoga y se asfixia con los prejuicios, con los estigmas, con las inciertas verdades por siglos prescritas. Leyes viejas, mundos muertos. En Puntarenas todos saben todo; pero todos saben poco.
En esta novela se describe el carácter de personas que trabajan, aman y persiguen sueños, como todo el mundo lo hace. Es una novela de Costa Rica; pero sobre todo, es una novela de esfuerzos y entusiasmos que no reciben la bendición como para llevar lo indispensable a la mesa. Una de cal... Y otra de Juan es una novela de un hecho real.