Acerca del libro
LA BITÁCORA DEL TIEMPO
Al analizar su vida, el protagonista descubre que ciertos momentos le ofrecieron posibilidades fantásticas que dejó escabullir: la novia que surge a último momento en Setúbal; el paraíso donde pasa su infancia con su madre; la estación de tren italiana que lo invita a una vida plena y extraordinaria; una bella rusa en Leningrado; una extraordinaria alemana que nunca volverá a ver, y su primer amor en el Caribe lo incitan a imaginar una existencia deslumbrante.
Es una obra plena de añoranza, melancolía, ensoñación y poesía, que lleva a la interioridad de la psique.
El encuentro con Marta en la idílica Setúbal para la engorrosa diligencia de sacar una visa. Los trámites desagradables en medio de un calor sofocante, haciendo una larga cola. Ella va a servirle de garante en esa diligencia. Cuando salen y ascienden en la montaña descubre, a través de ese oasis marino, pleno de brisas y de un sol radiante, el amor por Marta. Pero se va. Jamás la verá de nuevo.
La vida con su madre en la selva, en un período que parece eterno, en medio de esa foresta maravillosa pero a veces mortífera y aterrorizante, un lugar que se hermana con el paraíso terrenal. Por el resto de su existencia lamentará haber dejado ese lugar que recupera día a día en su memoria.
El tren se detiene por un desperfecto y se adentra en una estación. De repente percibe promesas de un futuro pleno de acontecimientos magníficos. Teme aceptar esa invitación de un destino misterioso.
Mientras viaja en autobús en Leningrado, observa a una transeúnte joven, normal y agraciada, y hay una revelación; esa mujer tiene la clave de su felicidad. Debe descender y buscarla. Nunca se perdona por haber permanecido en el autobús.
Encuentro fulgurante con una mujer alemana que de inmediato deifica y mitifica. Vive una ensoñación, jamás podrá olvidarla a pesar de que solo hablaron unos minutos.
Regresa a su temprana juventud y rememora el primer amor. En la escenografía prodigiosa del caribe, con su luminosidad, transparencia y evocaciones, la ve; pero solo por unos instantes porque cuando se aproxima, desaparece envuelta de las crestas de las olas.