Acerca del libro
EL TRÁGICO SINO DE VÍCTOR
Aquí tenéis amigo un libro que puede dar lugar a controversias. El tema que en él se discute ha estado en cajas de seguridad por espacio de siglos.
Son muy pocos los que se han atrevido a tratarlo en detalle o a analizarlo a la luz de la psicología, de la razón, de la teología, de la historia, de la psicología y de la filosofía. La moral de las apariencias ha sido más efectiva que la moral de las realidades y todos nosotros nos hemos acostumbrado al laisser faire, al laissez passer (dejar hacer, dejar pasar), sin inmutarnos con lo que ha venido sucediendo.
El temor, el respeto a la autoridad, el acatamiento al Superior han sido factores que impidieron el análisis y la crítica de problemas tan delicados como el problema del celibato eclesiástico. Todos nos hemos visto envueltos en la niebla con que por siglos los temas del sexo han venido siendo enfocados por la moral tradicional.
El autor ha escrito estas páginas sin el menor sentimiento de partidismo o sectarismo. Objetivamente, va analizando el problema sin entregarse a discusiones o controversias por las que muy fácilmente hubiera dejado entrever el fanatismo malsano. Usando la Filosofía, la Teología, las Sagradas Escrituras, la razón, la Historia y sobre todo la experiencia de consejero, el autor ha tratado de demostrar que el celibato eclesiástico en los actuales tiempos es algo que no puede defenderse como si fuera un factor de tranquilidad dentro de las costumbres señaladas por la ética cristiano-judaica.
No se necesita poseer refinamientos estéticos para poder compartir con el escritor lo que vierte en estas páginas; lo único que es necesario es dejar desenvolver frente a los ojos la serie de hechos que enhebran el hilo de la tela con que está hecho el libro.
Esta es una historia humana tan real y verdadera como la que pudo sucederle a quien lea este libro. Cuando ella estaba aconteciendo, la lira del alma vibraba a niveles insospechados porque la calidad anímica de los protagonistas era como la de los ángeles que gozan de felicidad o afrontan la desgracia.
¿Hay en este libro una lección para todos?
El autor se atreve a decir que no, porque tan solo aquellos que ven sedas en burdas telas pueden compadecer las tribulaciones psíquicas del narrador en pena. Los que en vida prosaica viven felices pueden enfocar en relatos con aires de comedia; en este caso el autor no se ofende porque la humana comedia no deja de ser humana, y a ella también le pertenece el autor del relato.
La vibración del sentimiento es esencial para poder intuir lo que el libro dice.
Quieran los dioses del Olimpo abrir de par en par las reconditeces de los lectores para que todos y cada uno de ellos puedan gritar con entusiasmo:
"¡Qué honestamente indiferente es la Sociedad!"