Acerca del libro
ALMA MÍA, ESPERA EN ÉL. LOS ÁRBOLES SECOS. COMENTARIOS
La muerte y la cautividad son la consecuencia del pecado del levita que clama y tiene sed de Dios, de un mundo que agoniza y de la patética historia de un pueblo al que Dios cortó como a un árbol seco.
En esta obra se analizan y comentan las causas del clamor del levita: la cautividad, el cese de su oficio delante de Dios, las burlas y malos tratos de sus opresores, su deseo de retornar a su tierra y a su antigua condición. Se interpretan, desentrañan y descodifican los recursos estilísticos usados por el levita para expresar, proteger, ocultar y hacer más bello y sensible, más plástico y significativo, su íntimo dolor. Para hacer entendible y comprensible la forma de expresión del levita, se investiga lo estrechamente relacionada que está con la vida de su pueblo, su trato con Dios, y las condiciones geográficas y climatológicas de su hábitat, del medio en el que vive y muere. Se señala el pecado y la rebeldía del ser humano como la causa de la cautividad del levita, y de todas las cautividades, muertes, enfermedades, perversiones, corrupciones, animalización, sufrimiento, infelicidad, soledad, alienación que vive el ser humano y que conducen inexorablemente a la muerte eterna. Esto se expresa de modo preciso, pero ágil y sintetizado, en la historia de Israel, en su eterno levantarse y volver a caer. Se enfatiza y denuncia el poder vivo y latente de un ser (el diablo) cuyo fin (la muerte y destrucción de la obra de Dios), cuyo instrumento (el pecado y la rebelión contra Dios) y cuya lucha contra su Creador no ha acabado. Razón por la cual son enviados el Bautista (para llamar al arrepentimiento) y el Cordero Dios (para lograr una reconciliación segura e inmutable del hombre con Dios). Pero Israel está tan endurecido, que sólo puede aspirar (según las palabras del Bautista) a ser cortado en breve. El general romano, Tito lo hará.