Juan José Bonilla Mosquera nació en Popayán (Colombia), ciudad blanca llena de magia, cuentos e historias que activaron su imaginación y talento desde niño. Allí respiró la cultura y el ambiente literario de los años 60. Desde su adorado liceo, fue amante de la lectura y un estudioso del boom latinoamericano. La vida lo llevó por diferentes caminos y oficios que lo alejaron de su vocación de escritor, pero su espíritu permaneció anclado en la literatura hasta el año 2003, cuando se permitió empezar a navegar por los mares de la poesía, el cuento y la novela. Empezó a escribir en España en la revista literaria El Espejo del Perro, y de entonces en adelante sin parar hasta su fallecimiento escribió cientos de poemas, cuentos y seis novelas. Publicó en revistas y periódicos, y participó en varios concursos. Su primera novela, ¡A chupar gladiolo, patrón!, es la historia mágico realista del narcotráfico en Colombia, en contrapeso al poder del amor, esa fuerza que rescata la vida en medio de tanta estela de dolor, horror y sangre. Bonilla un novelista vivido, de aquellos a quienes la vida hace a golpes rudos.
Se dijo siempre -y es lo que todos creen- que a Pablo Escobar Gaviria lo mató la policía. Sin embargo, su fin nunca fue ese. Como todo en su vida, su muerte es un misterio, que sale a la luz en este libro. El patrón de patrones sí está muerto, eso nadie lo discute; pero los hechos fueron distintos de la mentira oficial.
Cinco siglos... ¡de adulterios! refleja con imaginación la historia lírica y literaria de un país latinoamericano que, entre las mil y una guerras, reconciliaciones, amores, miedos, odios y pasiones, tiene la esperanza en una anhelada pero esquiva paz.
La obra, escrita desde las entrañas del realismo mágico, conjuga realidad y ficción con ese profundo humor que arranca risas, llanto, asombro y delirio. La trama se desarrolla en la colonial Lindaluz, blanca villa encantada, que enmarca el entorno y la existencia de sus ciudadanos, desde los más ilustres hasta los esclavos o los "locos", pasando por el pueblo de a pie.
El autor plasma sus vivencias y abre la ventana a un mundo desconocido visto a través de los ojos de "el judío errante", quien aparece y desaparece entre los siglos con sueños de delirio, fiel testigo de un mundo alucinante, descrito con inventiva añoranza, ironía y esperanza. Después de conflictos sobre conflictos y estelas de desolación, en las primeras décadas del siglo XXI se pacta la paz en presencia de todos los personajes, quienes al fin encuentran la felicidad de su muerte y dejan a los vivos en santa convivencia pacífica.