El movimiento de los sesenta fue una verdadera insurrección cívica contra el gobierno déspota y arbitrario de Raúl Caballero Aburto; insurrección de masas, no armada. Las guerrillas de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas fueron insurgencias armadas, motivadas por la represión, que surgieron en sus inicios como movimientos de autodefensa y se transformaron, más adelante, en la clásica guerra de guerrillas, con el método de pica y huye. Fueron, en suma, movimientos de autodefensa, lo que Julio Barreiro denomina contraviolencia.
Los ejes que articulan los siete capítulos de Guerrero, cuarenta años de dominación y resistencia. Los movimientos cívicos en lucha permanente por democracia, justicia y otro desarrollo son tres: el primero, movimientos y luchas sociales, de la que es parte fundamental el movimiento de los copreros guerrerenses; el segundo: violencia política, represión y masacres y su contraparte, la contraviolencia; y el tercero: la crisis de legitimidad del régimen político en el estado de Guerrero, y las alternativas sociales y políticas arduamente tejidas por el pueblo guerrerense.