Nació en Marruecos, pero vive desde casi siempre en Madrid. De ánimo inquieto y curioso, ha visitado varios países. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad Complutense. Tardíamente se ha atrevido a garabatear algo. Tempus sumptuosum y su primer libro, El laberinto de los sueños, son sus primeros resultados.
La visión a escondidas de un hecho insólito: la participación de su abuelo en un rito masónico cuando tenía cuatro años, llevará a Luis a guardar celosamente este secreto, del cual, como es natural, desconoce su significado y ser él, ya adolescente, el ignorante depositario de un objeto: un valioso cuadro pintado por Ingrès a principios del s. XIX.
La visión a escondidas de un hecho insólito: la participación de su abuelo en un rito masónico cuando tenía cuatro años, llevará a Luis a guardar celosamente este secreto, del cual, como es natural, desconoce su significado y ser él, ya adolescente, el ignorante depositario de un objeto: un valioso cuadro pintado por Ingrès a principios del s. XIX. Desconocedor de su valiosa posesión, ya de mayor, le será robada la tela. Será entonces, en el transcurso de la investigación por encontrar la identidad de quien o quienes se la han sustraído, cuando conocerá el origen y las peripecias de dicho cuadro, su conexión, así mismo, con una valiosísima obra de arte de la relojería: el famoso reloj de pulsera Reina de Nápoles, del genial relojero Breguet, y de otras muchas cosas más de las que hasta la fecha era ajeno. En una mezcla de biografía y fantasía, se enlazan datos históricos, con hechos reales de la vida del autor, unidos a otros formulados como hipótesis, y a otros, más decididamente inventados para crear esta novela de misterio que tiene por marco la Cartagena más negra de la postguerra, y el Madrid más actual.