Después de muchos años de su participación en la guerra de Vietnam, Elizalde decidió escribir este libro, cuyas páginas habían estado en su inconsciente por mucho tiempo.

No todos los que pelearon lo hicieron con armas, como se ve en las películas, sino que a muchos les tocó apoyar a la infantería del ejército y a los marinos de diferentes formas: por ejemplo, transporte, administración o registro de cadáveres y control de pertenencias personales, donde sirvió Elizalde. Para él, un héroe es alguien que da su vida por defender a su patria. Pero en el caso de Vietnam, nada había que hacer allá: fueron todos engañados, al igual que el pueblo estadounidense. Lo cierto es que solo fueron carne de cañón, no para salvar los intereses del pueblo, sino los de unos pocos civiles y militares que tenían el poder y a quienes no les importó que se perdieran tanto dinero y, sobre todo, tantas vidas inocentes.

El autor espera que este libro sirva para que se conozca otra cara de esa guerra, que fue la más larga del siglo XX.

Algunos de los nombres de los compañeros del autor fueron cambiados para proteger su privacidad.